domingo, 29 de noviembre de 2009

Otra barbaridad: el toro embolado


Decía Gandhi, un país, una civilización, se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales. Entonces, si me atengo a este pensamiento llego a una conclusión muy triste y descorazonadora, que, si a España, tuvieran que juzgarla por el trato que da a los animales, el suspenso sería de los que marcan records, aunque exista un tanto por ciento muy pequeño que luche por sus derechos y cuya existencia hay que señalar con el debido reconocimiento.

Ya hablé en su día del sacrificio del Toro de la Vega, en una segunda ocasión del mal estado de las perreras nacionales que son auténticas antesalas de la muerte para los animales que sus amos abandonan, y ahora le toca el turno al embolado de los toros, otra muestra de barbarie impropia de un pueblo que se autodenomina a sí mismo civilizado.

Y, ¿hasta cuándo, hasta cuándo seguiremos así, bajando nuestro nivel hasta la prehistoria a partir del momento que el hombre descubrió el fuego?

Para muestra un botón, escribo los dos artículos mencionados antes y la respuesta de los lectores ha sido mínima, ese uno por ciento es al que antes aludía al comentar que, en nuestro país, las mayorías miran para otro lado y sólo muy pocos ofrecen síntomas de tener sensibilidad, bien por ellos.

Muchas veces he pensado que si el circo romano estuviera permitido en nuestros días, se televisaría con mucho placer tanto para quienes lo produjesen como para quienes lo visionaran, e incluso se harían quinielas, las antiguas apuestas del pueblo romano, y nadie se ruborizaría por ello ¿por qué habrían de hacerlo?

Sí, ¿por qué?, todo es cuestión de acostumbrarse,¿no les parece a ustedes?

El otro día escuché por radio, en una emisión nocturna, como un señor aseguraba muy convencido que el toro embolado no sufría lo más mínimo con esta práctica y que, además era un privilegiado (?), ya que sus dueños les trataban con mimo y solicitud, buenos pastos en verdes prados, para llevarlos de espectáculo en espectáculo por los pueblos que los requiriesen, y el toro tan feliz igual que un actor a la espera de lucimiento ante su público.

Si lo que contaba ese señor es cierto, y además él lo aplaude, encuentro su actitud de una frivolidad que no tiene calificativos; ¿cómo puede un toro ser feliz con la cornamenta en llamas durante media hora, corriendo hostigado entre los gritos de la muchedumbre?

Tan feliz no debe ser cuando en las Fiestas de Loreto de septiembre de este año en Jabea, Alicante, el toro embolado se arrojó al mar enloquecido, muriendo ahogado Eso no tiene nombre aunque se le otorgue el de entretenimiento lúdico cuando en realidad es una barbaridad llevada a cabo por salvajes, gentes insensibles al sufrimiento ajeno, que con exclamar: ¡bah, son animales y los animales no sienten!, ya lo tienen todo dicho.

(Para conocimiento de quienes lo ignoran explicaré en que consiste el “embolamiento” de los toros y ustedes mismos extraigan sus conclusiones y juzguen.

Embolar consiste en colocarle al toro en las astas sendas bolas de estopa de cáñamo empapada en líquido combustible a las que inmediatamente se prende fuego. Obviamente el toro ha de estar sujeto al realizar la operación, luego se le da suelta y el espectáculo continua mientras las bolas arden.)

Sugiero que meditemos sobre la frase de Mahatma Gandhi.

viernes, 30 de octubre de 2009

Perreras: sentencia de muerte

La mayoría de las perreras españolas son perfectas antesalas de la muerte, y en este caso la muerte puede ser una bendición para los animales, perros y gatos, que en ellas languidecen enfermos, mal nutridos y siempre sin esperanza de un futuro mejor.

Muchas, por no decir todas, las historias de estos animales suelen ser espeluznantes, los malos tratos de dueños desalmados y posterior abandono a su suerte por calles o campos, la aparición de los coches de la perrera, su reclusión en jaulas que parecen mazmorras de la Edad Media por lo insalubres e inhumanas, la espera inútil de un alma caritativa que les adopte, elección difícil ya que casi siempre su mala salud es un obstáculo, y, finalmente la muerte, pero no una muerte piadosa sino a lo bestia, y que me perdonen las bestias por la comparación.

En casa tenemos una perrita rescatada in extremis cuando ya la iban a sacrificar en una perrera. La tuvieron tres días sin comer, drogada, y si se salvó fue gracias a los buenos oficios de una red nacional de salvamento de animales. Hoy Susa es un perro feliz que parece haber superado el trauma de abandono y trato cruel al que fue sometida en una determinada perrera que lo único que quería era sacarse a los animales de encima cuanto antes mejor y así cobrar limpiamente la subvención. Susa llegó en los huesos y hambrienta, hoy ya no se le ven las costillas, come siempre que lo desea y ha recobrado el buen humor, aunque en ocasiones, al principio de tenerla, solía caer en crisis de melancolía, ya superadas afortunadamente.

Sin embargo Susa ha tenido suerte, mucha suerte, cosa que no podemos decir de muchos de sus congéneres.

Las historias que se cuentan de esas pobres víctimas de las perreras, centros que debían hacer caer la cara de vergüenza a quienes los regentan, son verdaderas historias para no dormir; como los perros están revueltos las hembras quedan preñadas constantemente, hay perras primerizas que dan a luz y que no saben como atender a su prole y de cuyos cachorros, esta es una de tantas historias, se ocupa una perra vieja, con un tumor enorme en el vientre, que ya tiene experiencia en camadas, cachorros que son mezclados con perros adultos que acaban por matarlos a dentelladas, no por maldad sino por la locura que engendra la desesperación, perros confinados en el espacio empequeñecido de unas jaulas superpobladas, que se ven obligados a echarse sobre sus propios excrementos y orines, perros cuya única medicación en caso de enfermedad es el sacrificio porque a nadie importan, y además, repito, de manera sádica.

Si alguno de los que lean estas líneas ha tenido ocasión de ver fotografías de perros en perrera, o gatos, podrá apreciar la mirada de infinita tristeza que traslucen sus ojos, y captar en su expresión corporal la profunda depresión que les invade, porque los animales sufren y padecen igual que las personas y es digno de estudio observar en su aspecto derrotado la misma desesperanza que pueden ofrecer los humanos en casos extremos de éxodos forzosos por mar o tierra en busca de una vida mejor; todos somos iguales aunque muchos no se lo crean, porque la injusticia es patrimonio universal.

En España existe una perrera que está en lo más alto del top ten de las perreras patrias en lo que a mal trato animal se refiere, se trata de LOS BARRIOS de Cádiz. Las condiciones en que tiene a sus animales recogidos es sencillamente denigrante y clama al cielo. Más arriba hemos ofrecido un botón de muestra y ahora lo redondeamos con este testimonio cogido de la misma fuente en Internet, como el anterior, Foro Los Barrios, 1.11.2007:

“Hola a todos y todas, os escribo porque supongo que habréis estado al tanto de los sucesos acontecidos en la perrera de Puerto Real (maltrato animal, perros y gatos que mueren de hambre, gatos arrojados al fuego aún vivos...) Nos hemos enterado que la perrera de los Barrios pertenece al mismo dueño y se realizan las mismas ‘actividades’..."

Luego está la perrera de Barcelona, otro ejemplo de cómo no han de hacerse las cosas. El Centre d’Acollida d’Animals de Companyia (Centro de Acogida de Animales de Compañía), ya ha denunciado el precario estado de las anticuadas instalaciones municipales, estos voluntarios denuncian también que la salud mental y física de perros y gatos empeora a cada día que pasa y es seguro que cuando llegue el invierno muchos morirán de frío o enfermarán. El Ayuntamiento prevé mejoras pero la nueva perrera no estará lista antes del 2013.

El asunto de las perreras podría tener arreglo si la autoridad competente se tomara la molestia de supervisarlas una vez al mes, y que no digan que por la crisis no hay dinero para ocuparse de ellas porque hace 10 años, 9 años o 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, no había crisis, y si aún hoy, en tiempos de crisis, hay gentes que presuntamente se siguen llenando el bolsillo con dinero destinado a esas cosas (LOS BARRIOS reciben una subvención de 24.000 euros), ¿no puede conseguirse con este dinero unas perreras decentes en las que los animales no entren como los condenados en el corredor de la muerte?

Sé que muchos argüirán que hay personas que malviven y que lo pasan muy mal, pero las personas pueden protestar y denunciar, los animales no. Ningún razonamiento debe justificar el maltrato animal.

Los animales no son juguetes, no se han de comprar en Navidad para abandonarlos en vacaciones, los dueños han de ser responsables, y si no te gustan los animales no te compres uno porque su raza esté de moda, es lo mejor que podrás hacer. Otra cosa, no se trata de adquirir un perro lindo y precioso, o un gato, para presumir; todos los perros y los gatos son hermosos si se les mira con afecto.

Y no quisiera concluir este artículo sin hacer mención de esas redes solidarias de voluntari@s desinteresados, gracias a las cuales muchos perros y gatos pueden ser rescatados de una infausta suerte y encontrar amos responsables y cariñosos, por eso quiero contaros la historia de Diego, o Dieguito, un pobre perro ya mayor, que después de conocer toda una existencia de esclavitud atado en el campo bajo el sol o la lluvia (aún muestra señales de cuerda en el cuello y las patas) quedó ciego por causa de los rayos solares, bebiendo agua en mal estado contrajo la Filaria, y abandonado a su suerte finalmente, fue atacado por otros perros que le arrancaron media oreja, y, lo que es peor, cayó en manos de la perrera LOS BARRIOS de Cádiz de la que únicamente podía salir in artículo mortis, pero la red solidaria entró en acción y fue salvado. Actualmente aunque ciego es feliz porque tiene una dueña bondadosa que le ha curado de su enfermedad y le trata con el cariño que se merece. Dieguito, cieguito, no verá nunca más ya que su ceguera es irreversible, pero ahora conoce un verdadero hogar.

Si queréis saber más sobre muchas historias parecidas os sugiero que visitéis esta página:
http://www.perrosadoptar.es.tl
Y una última sugerencia, si amáis a los animales no los compréis, id a las perreras y adoptad uno, habréis conseguido al mejor de los amigos y realizado una buena obra.

lunes, 28 de septiembre de 2009

El amigo Urmeneta cuenta...

El amigo Urmeneta cuenta en su post de hoy, día 28 de septiembre del 2009, una bonita historia referente a flores y plantas que este verano, en su ausencia vacacional, han crecido entre las uniones de las baldosas de su terraza, y esto me ha traído a la memoria el recuerdo de un relato que escribí hace ya años, hablando de algo muy similar. Se trataba de un argumento inspirado en la foto de una revista en la que aparecía una mamá famosa con su hijita no menos famosa también, en una terraza, que situada arriba de todo, en un impresionante rascacielos newyorkino, contemplaban la ciudad muy lejana a sus pies. Entonces pensé que esa niña se iba a educar entre terrazas y azoteas de lujo sin saber lo que era el campo abierto ni las flores y sentí pena por ella, por eso escribí el cuento Será una vez...

Hoy, la foto que incluye Mikel Urmeneta en su post, parece haber sido hecha para ilustrar mi relato, una casualidad, curiosa y muy bonita. Gracias, Mikel, creo que debías saberlo.

La salvajada del Toro de la Vega

Dice la leyenda que cuando los elefantes abren un camino en la selva lo transitan siempre, es la llamada senda de los elefantes que ha inspirado más de una película. El paquidermo es inamovible en su andadura y así lluevan chuzos de punta no la abandonará jamás, y si el hombre edifica sobre ella avanzará como un tanque pisoteando las construcciones, frágiles siempre, hasta allanar el sendero de nuevo volviendo a caminar sobre él, temible y victorioso.

Pero, ¿es sólo prerrogativa de los elefantes seguir esta línea de conducta?

Las sendas ancestrales, las viejas tradiciones. son muy difíciles de erradicar tanto para los elefantes como para las personas, con la única diferencia que las bestias están en su derecho y el ser humano no cuando de lo que se trata es de festejar efemérides ungiendo con sangre animal primitivos ritos de iniciación masculina. Estamos en el siglo XXI pero a los efectos como si estuviéramos en el año cero a.C, o eso parece, y si no, a los hechos me remito con una muestra reciente: la salvajada del
toro de la Vega, tradición de interés turístico y que convoca numeroso público tanto nativo como foráneo, del país quiero decir y también de algún turista despistado.

Se asegura que el toro de la Vega no sufre, y yo me pregunto, ¿quienes hablan con tanta ligereza han sido toros alguna vez, y sobre todo toros de la Vega en Tordesillas, Valladolid?; seguro que de haberlo sido su opinión resultaría muy diferente, porque todos los entes vivos que hay en este planeta (según dicen el único que posee vida inteligente en el universo como afirma el vanidoso ser humano), hasta la más insignificante oruga, experimentan sufrimiento si se les hiere o tortura, si están enfermos, si tienen hambre o si están sedientos, lo mismo que nosotros los auto coronados reyes de la Creación, claro que esto parece que lo ignoran en Tordesillas, Valladolid, ya que califican el espectáculo de bonito y de interés cultural.

¿Qué clase de lecciones culturales se pueden aprender acosando a un animal que no tiene la culpa de haber sido elegido, gran honor, para ejercer de víctima propiciatoria?

¿Cómo pretendemos ser europeos de derecho, civilizados, cultos, cómo pretendemos educar a nuestros hijos en el respeto al prójimo, en las buenas formas, en la compasión, si aplaudimos con mentalidad de hombre prehistórico un espectáculo lleno de crueldad y sadismo?

¿Cómo se puede permitir semejante barbaridad, cómo se permiten tantas en la racial piel de toro (tiene gracia, ¿no?, que nuestro tótem sea precisamente ese), animales decapitados a lo bestia, animales defenestrados con la mayor indiferencia, astados a los que se les pone en los cuernos "bonitos" fuegos de artificio, y otros que reciben la puntilla como máximo exponente de misericordia, ¿cómo y en nombre de qué, del entretenimiento, de la diversión, del negocio?

Si tanto gusta transitar por la senda de los elefantes, que se busquen voluntarios que ocupen el lugar de las víctimas, ya que si las lanzadas no duelen, ¿por qué temerlas?; no es más que un juego de interés turístico.

Para concluir con una nota de esperanza sugiero que se vuelva al espectáculo incruento y deportivo que tenían los cretenses: el salto sobre las astas de los toros y en el que participaban incluso las mujeres.

Pero no convence, ¿verdad?

domingo, 30 de agosto de 2009

Desembarca el e-book

Sí, y desembarca con todos los pronunciamientos a su favor, o al menos esa es la intención, después de años de ser mirado con desconfianza en países poco lectores.

No voy a hablar ahora ni de modelos ni de marcas de "lectores" que no son ni más ni menos que el soporte físico en el que podremos almacenar muchos, muchos libros. Me interesa el e-book por el e-book, del que he sido ardiente defensora, por un lado contra sus detractores y por el otro, contra sus muchos escépticos.

Pues bien, el e-book ha despertado de su forzosa exclusión multitudinaria gracias a esos maravillosos "lectores" que van a permitir que acumulemos libros en un mínimo espacio sin destrozarnos la vista ni dislocarnos las muñecas en ocasiones.

La apuesta es fuerte y a ella ya se han apuntado importantes editoriales, e incluso Carmen Balcells, a quien no hace falta presentar, está convencida de su éxito. Todo ello significa que este otoño comienza la ofensiva e-book con tentadoras ofertas al público lector que podrá comprar sus novelas preferidas, los últimos best-sellers, en fin, toda clase de libros a su gusto, a través de Internet en vía directa a su "lector". Incluso las librerías convencionales se apuntan al mismo servicio, porque todo el mundo ha de vivir y los precios de las descargas no son caros.

Estamos en el siglo XXI y hoy los tiempos adelantan "que es una barbaridad", sin ir más lejos, hace 30 años este nuevo sistema de leer se nos hubiera antojado de ciencia-ficción, demasiado imaginativo para ser real, y, sin embargo aquí estamos entre e-books y "lectores", sin extrañarnos.

Cuanto hemos acabado de enumerar no son más que las ventajas iniciales del e-book, porque hay muchas más, la principal, diría yo, es su bajo costo a nivel editorial lo que puede convertir a muchos en editores de sus propias obras, cuando de esa labor no se ocupe una editorial que no tiene porque ser muy conocida, incluso puede estar empezando. Lo que significaría un nuevo modo de entender el mundillo de la edición, dando un giro total a lo tradicionalmente establecido desde hace siglos.

Y hablando de nuevas editoriales y de e-books, tenemos que mencionar a autores que empiezan, tengan la edad que tengan, y a quienes esta nueva situación puede beneficiar en gran medida. La difusión rápida y económica de su obra les abre la posibilidad de ser conocidos, siempre y cuando cuenten con un soporte publicitario adecuado y gratuito porque ya se sabe que los escritores nunca hemos tenido demasiado dinero, porque un mísero 10% nos coloca al mismo nivel de cualquier agricultor que al final de una cadena de esfuerzos se tiene que contentar con un irrisorio tanto por ciento del fruto, nunca mejor dicho, de su esfuerzo.

Claro que a nuevos tiempos nuevos inventos y en este caso Internet es la plataforma ideal para que los autores que empiezan puedan darse a conocer por mil y un sistemas diversos, uno de ellos que se está poniendo de moda es el de utilizar las grandes redes sociales que obran el milagro de comunicar a todo el mundo con todo el mundo y así nadie pasa desapercibido si lo que pretende es publicitarse internacionalmente con mínimo gasto y difusión asegurada.

A mí se me ocurrió hace unos días abrir un grupo que favoreciese a los escritores que comienzan "Escribo, escribes, escribimos...", creyendo ingenuamente que había tenido una idea original. Nació el grupo y descubrí asombrada que tenía muchos "hermanos". Bien, cuantos más seamos mucho mejor, y, por si a alguno le interesa formar parte de "Escribo, escribes, escribimos...", diré que es gratuito y que la única condición para integrarse es la de ser autor poco conocido y que haya editado en papel o en e-book de venta al público. Escritores con grandes respaldos editoriales abstenerse, porque el grupo se abre sólo para quienes están luchando muy duramente en el campo literario. En "Escribo, escribes, escribimos...", sus miembros pueden contar sus vicisitudes en este terreno, luchas, pequeños, o grandes, logros, decepciones, colgar las portadas de sus libros, poner sus sinopsis, incluir primeros capítulos, o fragmentos de relatos, o poemas... y no hablar de escritores famosos sean extranjeros o patrios, que ellos ya tienen una gran maquinaria promocional asegurada.

Hablemos de nosotros mismos, démonos a conocer, y seamos generosos recomendando la obra de otros colegas en nuestras mismas condiciones, que circule el boca-oreja porque hay mucho talento ignorado en este país y es triste ver como se jalea lo que viene de fuera, escritores que, de haber nacido en España, posiblemente aún guardarían sus originales en un cajón, y no cito nombres porque son muchos.

Imágenes: Portadas de mis libros Adriel B., la novela de una alcohólica y El abrigo de Clark Gable y otros relatos.


jueves, 30 de julio de 2009

Con permiso del azar


El azar puede personificarse de muchas maneras, una de ellas, quizá la más repetidamente simbólica, sea la del cubilete de dados que se agita para que salga nuestra suerte, la buena se sobreentiende, eso es el azar y, nuestra ilusión, que siempre nos favorezca, una verdadera utopía a la que nunca renunciamos. Sin embargo hay otra clase de azar en el que no pensamos, o, mejor dicho, ni siquiera hemos reparado, el de la vida cotidiana que puede adjudicarnos un premio gordo sin haberlo esperado.

Por ejemplo, hace una semana, concretamente el 20 de este mismo mes, algo pasó en nuestro sistema solar pero no nos enteramos hasta transcurridos tres días: un cuerpo celeste, según dicen más grande que la Tierra, impactó contre el planeta Júpiter desapareciendo en su interior (recordemos que sólo el núcleo de Júpiter es sólido ya que el resto es líquido y gaseoso) mientras provocaba la aureola del consiguiente choque que le hacía parecer todavía más espectacular y fue un astrónomo aficionado, el australiano Anthony Wesley, quien fotografió el espectáculo, confirmado más tarde por la NASA. Hasta aquí todo normal dentro de la "normalidad" que encierran tal clase de sucesos, son cosas que acaecen en el cosmos, y, fuera de la Tierra, ¿a quien le importa donde vayan a estrellarse asteroides, meteoros o cometas?

En la antigüedad a Júpiter se le denominó el gran benéfico del zodíaco, y su fama no debe ser incierta cuando en la presente ocasión y en otras muchas, nos ha hecho de pantalla salvadora al desviar de nuestro planeta el impacto temible de asteroides, meteoros o cometas, y ello debido a su gran masa que los atrae.

En la presente ocasión ha sucedido igual por suerte para este desgraciado planeta que llamamos Tierra y que cada vez está peor; ¿se ha dado cuenta el ser humano en su orgullosa pequeñez que el día menos pensado puede suceder que algún cuerpo celeste tenga un encuentro en fase definitiva con la Tierra y ésta reviente y explote para siempre jamás? Y no serán, señores, fuegos de artificio, frívolo espectáculo para ociosos, hay que tenerlo en cuenta.

Los terrícolas no somos tan importantes como vanidosamente nos creemos y caminamos con la venda puesta sobre los ojos destruyéndonos los unos a los otros en nombre de muchas razones y ninguna de ellas válida si las comparamos con la supervivencia del planeta que nos sirve de morada y que estamos convirtiendo en inhabitable. Ya lo han dicho los astronautas al contemplarlo desde el espacio: la Tierra ofrece un lamentable aspecto, aquellas nubes blancas y suaves que recordaban pinceladas sobre el azul de los océanos, ahora aparecen como garras crispadas, hechas jirones e incluso los colores terrícolas han perdido su brillantez y no nos damos cuenta, aunque ¿verdaderamente eso importa? Cuando el ser humano se halla distraído porque los árboles no le dejan ver el bosque es incapaz de darse cuenta que la Tierra no es más que una esfera vulnerable expuesta a todos los peligros tanto internos como externos. Júpiter ha desviado el golpe una vez más y el hecho en sí poco nos importa absorbida nuestra atención por otras cosas desgraciadamente inmediatas, sin darnos cuenta que vivimos con permiso del azar, y que ya va siendo hora de que depongamos luchas fratricidas, odios sin sentido, fanatismos, rivalidades absurdas e intentemos ser, de una vez por todas, lo que pretendemos: individuos inteligentes y civilizados, buenos vecinos y buenos hermanos, porque la vida es breve y sólo tenemos una... aunque parece que muchos no se den cuenta.

lunes, 29 de junio de 2009

Worstsellers o los menos vendidos

Es el antibestseller, o sea el que encabeza el final de la lista de éxitos lo que sería un dudoso honor si no empezara a convertirse en otra forma de ser conocidos, buena estrategia de marketing fruto del azar... y si no lo es, tampoco está mal; nos encontraríamos entonces ante otra manera de hacer publicidad.

En esta nuestra época, en la que lo único que cuenta en el mercado del ocio tiene que estar en el top-ten porque de lo contrario no existe, la palabra worstseller se ha convertido en un símbolo al que se le intenta sacar rendimiento, y no lo censuro porque hoy en día todo pasa demasiado rápidamente, incluso el éxito de los grandes bestsellers, que si bien sirven para conseguir cifras millonarias luego, poco a poco, pierden aire y se deshinchan... dejando paso a sus sucesores.

André Maurois, el gran biógrafo, novelista e historiador francés, afirmaba que un super ventas es muy fácil de escribir, que lo verdaderamente difícil es realizar una obra que perdure, es decir, que se continúe leyendo a través del tiempo, años, siglos, y que se lea, o relea, como si fuera la primera vez que se publica, porque el talón de Aquiles de los bestsellers es siempre el mismo: una vez leídos no se repite porque su trama ya no encierra suspense alguno.

A los jóvenes autores desconocidos que apenas venden no les iría mal reflexionar sobre el hecho de que tal vez no dispongan de la cobertura mediática que afrontan las grandes editoriales para imponer sus libros, porque una pequeña editorial carece de medios que le permitan publicitar debidamente la obra de un novel. Ese es el primer escollo y yo diría que el más importante. El segundo es el deslumbramiento del lector ante todo lo que viene de fuera, que yo no digo que sea mediocre en su mayoría (ya que de todo hay) pero que mostrando el encanto de la novedad, autor famoso, ventas satisfactorias, y una muy bien trabajada publicidad, consiguen que todos piquemos.

La reflexión es importante, y la memoria también, esto lo digo para que nadie olvide que grandes novelistas de la talla de Hermann Melville, por ejemplo, sólo vendieron 17 ejemplares de Moby Dick, auténtico worstseller de la época, y que ello le deprimió tanto que le apartó de la literatura. Actualmente es un autor reverenciado, todos lo sabemos, pero no triunfó a la primera y eso debemos tenerlo bien presente.

La historia de la literatura se halla repleta de novelas y poemas que en su tiempo pasaron sin pena ni gloria, y que luego, muchos años más tarde, conocieron el éxito convirtiéndose en clásicos que no han dejado de leerse desde entonces.

En cuanto a los bestsellers modernos, sólo me gustaría hacer un pequeño comentario: ¿por qué tienen tantas páginas?; 800 o 1000 páginas bastan para descoyuntarte las muñecas a menos que los leas sobre una mesa, lo que resta encanto a la lectura yendo en tren de cercanías, sentado en tu sillón favorito o de noche, metido en la cama con el amparo cómplice de la lamparita de mesilla.

Muchos libros que han pasado a la posteridad eran de pequeño formato y desde luego que no llegaban a las 500 páginas, ¿es que acaso ahora los editores opinan que a más páginas, tamaño desmesurado y encuadernadas en tapa dura, el libro tiene más categoría y la gente se queda satisfecha?... ¿Es que no se han dado cuenta aún de que muchas páginas de relleno no son más que eso, paja, que poco favorece a un buen autor?

Yo soy lectora de toda la vida y poco me importa el continente, las tapas duras y el número incalculable de páginas de un libro, prefiero los contenidos aunque sean libros de viejo, de páginas amarillentas y tapas desportilladas, porque lo que importa es lo que hay escrito.

jueves, 28 de mayo de 2009

Bicentenario triple: Poe, Larra, Gógol

Pocas veces suele darse en un año la coincidencia de varios bicentenarios que engloben de una forma tan marcada a tres escritores cuya obra, sin parecerse, tenga ciertos puntos de encuentro, e incluso sus vidas guarden algún paralelismo en determinado aspecto como es el sentimental.

Sobre Edgar Allan Poe todo está dicho literariamente, y puede identificársele fácilmente, sobre Mariano José de Larra, alias Fígaro, lo mismo, y hallamos sus puntos de contacto en una manera de escribir críticamente humorística en ocasiones -Poe con unos cuantos relatos pretendidamente irónicos y Larra con su famoso, entre otros, Vuelva usted mañana-, y en ambos hallamos un idéntico pulso tenebrosamente fúnebre; El día de los difuntos de Larra entronca por su aire de tránsito y desesperación, por su recreo en el camino cortado a toda esperanza, en las más inspiradas y lúgubres obras de Poe; ese canto a la muerte los une. Léase si no:

Día de Difuntos de 1836- Fígaro en el Cementerio.

Vamos claros, dije yo para mí, ¿dónde está el cementerio? ¿Fuera o dentro? Un vértigo espantoso se apoderó de mí, y comencé a ver claro. El cementerio está dentro de Madrid. Madrid es el cementerio. Pero vasto cementerio donde cada casa es el nicho de una familia, cada calle el sepulcro de un acontecimiento, cada corazón la urna cineraria de una esperanza o de un deseo.

Entonces, y en tanto que los que creen vivir acudían a la mansión que presumen de los muertos, yo comencé a pasear con toda la devoción y recogimiento de que soy capaz por las calles del grande osario.

¡Silencio, silencio! (Día de Difuntos de 1836.)

Una nube sombría lo envolvió todo. Era la noche. El frío de la noche helaba mis venas. Quise salir violentamente del horrible cementerio. Quise refugiarme en mi propio corazón, lleno no ha mucho de vida, de ilusiones, de deseos. ¡Santo cielo! También otro cementerio. Mi corazón no es más que otro sepulcro. ¿Qué dice? Leamos. ¿Quién ha muerto en él? ¡Espantoso letrero! ¡Aquí yace la esperanza!


En cuanto a Nikolái Gógol tampoco era muy alegre que digamos aunque también se dejara llevar por la crítica y el humor negro. Como muestras destaquemos El abrigo y Las almas muertas.

En El abrigo, nos encontramos con un desgraciado funcionario que se ve obligado a comprarse un abrigo porque el suyo ya se cae a jirones y no continúo para que el lector llegue por sí mismo al sorprendente desenlace, que no es macabro pero que sí recuerda bastante al estilo de Larra en sus artículos periodísticos.

En cuanto a Las almas muertas, es una sátira en la que denuncia la dura existencia de los siervos en su país, y cuyo argumento no deja de ser original y espeluznante: un tal Chichikov, se dedica a comprar las almas de los siervos fallecidos para traficar con ellas en un inconfesable negocio.

Las almas muertas tenía que haber estado dividida en tres partes, de la cual, la más lograda ha sido siempre la primera, ya que con esa obra se inició lo que podríamos llamar el declive de Gógol como novelista, al ser éste invadido por una fiebre mística que malbarató su creatividad enturbiándola, y ya nada fue igual en lo sucesivo en su obra, lo cual, sin embargo, no le resta méritos como escritor.

Por lo que respecta a amores los tres los vivieron desgraciados –Poe-, románticos con final desgraciado –Larra-, o prácticamente inexistentes –Gógol.

Nacido Edgar Allan Poe el 19 de enero, Mariano José de Larra el 24 de marzo y Nikolái Gógol el 1 de abril, todos en 1809,

Larra se suicidó por el desamor de Dolores Armijo, y Poe con el alcohol, desesperado al ver que las mujeres por él amadas, su madre, la madre de un amigo, Helen. y su esposa Virginia, le iban siendo arrebatadas por la muerte. En cuanto a Gógol, hombre de carácter difícil e inquieto, propenso a suscitar la polémica allá donde estuviera, no podemos decir que su vida privada fuese un éxito, ni tan siquiera económico; a Gógol no se le conocen grandes o pequeños amores, sólo algunas amistades femeninas, corresponsales muchas veces, como, por ejemplo, la de Nadezna N. Sheremetev, pero nada más. Es de suponer, entonces, que la novelística fuera su única y gran pasión.

Y para concluir citaré una curiosa anécdota referente a Dolores Armijo, amante de Larra y causa de que éste se suicidara en un muy romántico, como absurdo, arrebato:

Cuando después de abandonar a Mariano José de Larra, embarcó Dolores para Filipinas a reunirse con su marido, nunca llegó a destino porque un temporal hizo naufragar el barco.

jueves, 23 de abril de 2009

Stieg Larsson o triunfar después de morir

Ignoro si alguna vez a Stieg Larsson le echaron la buenaventura, pero si fue así, hipotético caso, imagino que la adivina se vería en el compromiso de no saber como decirle que le aguardaba la fama a través de su trilogía Millennium, que sus libros, traducidos a muchos idiomas, se venderían por millones, que se realizarían películas con ellos y que, por todo esto, sería un autor apreciado y reconocido... pero que no podría disfrutar de su buena suerte porque cuando llegara él estaría muerto.

Muerto a los cincuenta años de un ataque al corazón, sin dejar más herederos que a su padre y a su hermano con los que casualmente no se avenía, apartada de la herencia la mujer con la que convivió muchos años, y que, por no estar casada con él, no ha recibido absolutamente nada pese a hallarse a su lado hasta el último momento, dudo que se hubiera sentido muy feliz de haber escuchado semejantes augurios.

Y ahora viene la pregunta del millón, ¿qué es lo que importa más, el autor o su obra, el padre o la criatura? Bien que nadie es eterno, eso ya lo sabemos, bien que las obras sobreviven a quienes las escribieron, pero es muy triste que se haya ido de este mundo ignorante de que su obra iba a vivir por él, no el resto de una vida, la de Stieg, sino la existencia que sólo pertenece a los libros dentro de la relativa eternidad de nuestro planeta.

Muchas veces me he preguntado si los seres de ficción, a fuerza de ser leídas sus aventuras, no cobran vida en un mundo paralelo y adquieren la corporeidad física que les niega el nuestro. Por ejemplo, Don Quijote cabalgando eternamente, Holmes y Watson atrapados en su universo victoriano que inexplicablemente trasciende, los Tres Mosqueteros, todos para uno, uno para todos, metidos en intrigas palaciegas que salvaguarden el honor de su reina; al menos, para el público ellos están vivos y cada nuevo lector que los descubre les inyecta renovada vitalidad... o eso deseo creer.

Según parece, Stieg Larsson escribía velozmente sus novelas, ya que afirmaba que era un género sencillo (?), y premonitoriamente escribió la última con rapidez ya que después de hacerlo, y haberla entregado, falleció, quedando en el aire las siete restantes que pensaba desarrollar en el futuro y que siempre desconoceremos hasta que un editor oportunista decida contratar los servicios de otro literato que se avenga a escribir las secuelas restantes, pero nunca será lo mismo.

Larsson fue periodista y de los comprometidos, editor de la revista Expofundation y autor de libros de denuncia, una única entrevista en su vida realizada a finales de octubre del 2004 por Lasse Winkler para Svensk Bokhandel, y una muy singular anécdota que cuenta en ella: su personaje de Lisbeth Salander está inspirado en Pippi Calzaslargas, curioso, ¿no?

Yo todavía no he leído ninguna de sus novelas, las dos primeras aquí traducidas, e ignoro realmente de que van, cuando publiquen en junio La reina en el palacio de las corrientes de aire, adquiriré también las otras dos cuyos títulos no hace falta mencionar ya que son de sobras conocidos. Entonces volveré a hablar de Stieg Larsson pero como lectora.

Toda esta historia tan triste me trae a la memoria un caso desconcertante que ocurrió hace años, bastantes, en España. Un premio literario muy renombrado fue concedido a la novela de un autor desconocido y cuando se hizo público el nombre se descubrió que el autor había muerto tras larga enfermedad hacía unos pocos días. ¿Cuál fue la reacción del jurado ante semejante noticia?, pues le quitaron el premio debido a su fallecimiento, tal como suena, y yo siempre me he preguntado, ¿si la novela mereció el galardón, por qué descalificarla?, ya que por esta regla de tres hace tiempo que la humanidad habría enterrado, junto con sus autores, a las grandes obras de la literatura universal; no es aquello de "no es país para viejos" sino "no es país para los escritores muertos".

Stieg Larsson ha fallecido ¡viva Stieg Larsson!

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