domingo, 30 de agosto de 2009

Desembarca el e-book

Sí, y desembarca con todos los pronunciamientos a su favor, o al menos esa es la intención, después de años de ser mirado con desconfianza en países poco lectores.

No voy a hablar ahora ni de modelos ni de marcas de "lectores" que no son ni más ni menos que el soporte físico en el que podremos almacenar muchos, muchos libros. Me interesa el e-book por el e-book, del que he sido ardiente defensora, por un lado contra sus detractores y por el otro, contra sus muchos escépticos.

Pues bien, el e-book ha despertado de su forzosa exclusión multitudinaria gracias a esos maravillosos "lectores" que van a permitir que acumulemos libros en un mínimo espacio sin destrozarnos la vista ni dislocarnos las muñecas en ocasiones.

La apuesta es fuerte y a ella ya se han apuntado importantes editoriales, e incluso Carmen Balcells, a quien no hace falta presentar, está convencida de su éxito. Todo ello significa que este otoño comienza la ofensiva e-book con tentadoras ofertas al público lector que podrá comprar sus novelas preferidas, los últimos best-sellers, en fin, toda clase de libros a su gusto, a través de Internet en vía directa a su "lector". Incluso las librerías convencionales se apuntan al mismo servicio, porque todo el mundo ha de vivir y los precios de las descargas no son caros.

Estamos en el siglo XXI y hoy los tiempos adelantan "que es una barbaridad", sin ir más lejos, hace 30 años este nuevo sistema de leer se nos hubiera antojado de ciencia-ficción, demasiado imaginativo para ser real, y, sin embargo aquí estamos entre e-books y "lectores", sin extrañarnos.

Cuanto hemos acabado de enumerar no son más que las ventajas iniciales del e-book, porque hay muchas más, la principal, diría yo, es su bajo costo a nivel editorial lo que puede convertir a muchos en editores de sus propias obras, cuando de esa labor no se ocupe una editorial que no tiene porque ser muy conocida, incluso puede estar empezando. Lo que significaría un nuevo modo de entender el mundillo de la edición, dando un giro total a lo tradicionalmente establecido desde hace siglos.

Y hablando de nuevas editoriales y de e-books, tenemos que mencionar a autores que empiezan, tengan la edad que tengan, y a quienes esta nueva situación puede beneficiar en gran medida. La difusión rápida y económica de su obra les abre la posibilidad de ser conocidos, siempre y cuando cuenten con un soporte publicitario adecuado y gratuito porque ya se sabe que los escritores nunca hemos tenido demasiado dinero, porque un mísero 10% nos coloca al mismo nivel de cualquier agricultor que al final de una cadena de esfuerzos se tiene que contentar con un irrisorio tanto por ciento del fruto, nunca mejor dicho, de su esfuerzo.

Claro que a nuevos tiempos nuevos inventos y en este caso Internet es la plataforma ideal para que los autores que empiezan puedan darse a conocer por mil y un sistemas diversos, uno de ellos que se está poniendo de moda es el de utilizar las grandes redes sociales que obran el milagro de comunicar a todo el mundo con todo el mundo y así nadie pasa desapercibido si lo que pretende es publicitarse internacionalmente con mínimo gasto y difusión asegurada.

A mí se me ocurrió hace unos días abrir un grupo que favoreciese a los escritores que comienzan "Escribo, escribes, escribimos...", creyendo ingenuamente que había tenido una idea original. Nació el grupo y descubrí asombrada que tenía muchos "hermanos". Bien, cuantos más seamos mucho mejor, y, por si a alguno le interesa formar parte de "Escribo, escribes, escribimos...", diré que es gratuito y que la única condición para integrarse es la de ser autor poco conocido y que haya editado en papel o en e-book de venta al público. Escritores con grandes respaldos editoriales abstenerse, porque el grupo se abre sólo para quienes están luchando muy duramente en el campo literario. En "Escribo, escribes, escribimos...", sus miembros pueden contar sus vicisitudes en este terreno, luchas, pequeños, o grandes, logros, decepciones, colgar las portadas de sus libros, poner sus sinopsis, incluir primeros capítulos, o fragmentos de relatos, o poemas... y no hablar de escritores famosos sean extranjeros o patrios, que ellos ya tienen una gran maquinaria promocional asegurada.

Hablemos de nosotros mismos, démonos a conocer, y seamos generosos recomendando la obra de otros colegas en nuestras mismas condiciones, que circule el boca-oreja porque hay mucho talento ignorado en este país y es triste ver como se jalea lo que viene de fuera, escritores que, de haber nacido en España, posiblemente aún guardarían sus originales en un cajón, y no cito nombres porque son muchos.

Imágenes: Portadas de mis libros Adriel B., la novela de una alcohólica y El abrigo de Clark Gable y otros relatos.


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